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Pregunta: “�Todos nacemos pecadores?”
Respuesta:
S�, la Biblia ense�a que todos nacemos pecadores con una naturaleza pecaminosa y ego�sta. A menos que nazcamos de nuevo por el Esp�ritu de Dios, nunca veremos el reino de Dios (Juan 3:3).
La humanidad es totalmente depravada; es decir, todos tenemos una naturaleza pecaminosa que afecta cada parte de nosotros (Isa�as 53:6; Romanos 7:14). La pregunta es, �de d�nde viene esa naturaleza pecaminosa? �Nacimos pecadores, o simplemente elegimos convertirnos en pecadores en alg�n momento despu�s de nacer?
Nacemos con una naturaleza pecaminosa, y la heredamos de Ad�n. “Por tanto, como el pecado entr� en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, as� la muerte pas� a todos los hombres” (Romanos 5:12). Cada uno de nosotros fue afectado por el pecado de Ad�n; no hay excepciones. “La transgresi�n de uno vino la condenaci�n a todos los hombres” (vers�culo 18). Todos somos pecadores, y todos compartimos la misma condenaci�n, porque todos somos hijos de Ad�n.La Escritura indica que incluso los ni�os tienen una naturaleza pecaminosa, lo cual argumenta el hecho de que nacemos pecadores. “La necedad est� ligada en el coraz�n del muchacho” (Proverbios 22:15). David dice: “He aqu�, en maldad he sido formado, y en pecado me concibi� mi madre” (Salmo 51:5). “Se apartaron los imp�os desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que nacieron” (Salmo 58:3).
Antes de ser salvos, “�ramos por naturaleza hijos de ira” (Efesios 2:3). Observa que merec�amos la ira de Dios no s�lo por nuestras acciones, sino por nuestra naturaleza. Esa naturaleza es la que heredamos de Ad�n.
Nacemos pecadores, y por esa raz�n somos incapaces de hacer el bien para agradar a Dios en nuestro estado natural, o la carne: “Los que viven seg�n la carne no pueden agradar a Dios” (Romanos 8:8). Est�bamos muertos en nuestros pecados antes de que Cristo nos resucitara a la vida espiritual (Efesios 2:1). Carecemos de cualquier bien espiritual inherente.
Nadie tiene que ense�ar a un ni�o a mentir, m�s bien hay que esforzarse por inculcar a los ni�os el valor de decir la verdad. Los ni�os peque�os son naturalmente ego�stas, con su comprensi�n innata, aunque defectuosa, de que todo es “m�o”. El comportamiento pecaminoso es natural para los peque�os porque nacen pecadores.
Debido a que nacemos pecadores, debemos experimentar un segundo nacimiento espiritual. Nacemos una vez en la familia de Ad�n y somos pecadores por naturaleza. Cuando nacemos de nuevo, nacemos en la familia de Dios y recibimos la naturaleza de Cristo. Alabamos al Se�or porque “todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de var�n, sino de Dios” (Juan 1:12-13).