
topreadz.com/Espanol
Pregunta: “�Qu� significa estar espiritualmente perdido?”
Respuesta:
El t�rmino perdido se utiliza en la Biblia y en los c�rculos cristianos para referirse a las personas que a�n no han encontrado la vida eterna en Cristo. Jes�s dijo: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se hab�a perdido” (Lucas 19:10). Los que est�n perdidos espiritualmente est�n separados de Dios y no pueden encontrar el camino de vuelta a �l.
Estar perdido es haberse alejado y no poder encontrar el camino de regreso. Un excursionista puede estar perdido cuando toma un camino equivocado y no sabe c�mo volver al correcto. Un ni�o puede perderse cuando se aleja demasiado de sus padres y no sabe d�nde est�n. Los seres humanos estamos perdidos espiritualmente porque nos hemos alejado de Dios y no sabemos c�mo volver a encontrarlo.
Isa�as 53:6 dice: “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apart� por su camino; mas el Se�or carg� en �l el pecado de todos nosotros”. La Biblia compara a los seres humanos con las ovejas (Salmo 23; Juan 10:11-14) porque las ovejas son, por naturaleza, indefensas. No son demasiado inteligentes y acostumbran a seguir a un l�der, sin importar a d�nde las est� llevando. Las ovejas necesitan un pastor para sobrevivir. Un pastor las protege de los ataques, las gu�a a buenos pastos y vigila para que no se pierdan. Las ovejas tienden a alejarse del reba�o y pueden convertirse en objetivos f�ciles para los depredadores. En un sentido espiritual, las personas tienden a alejarse y se convierten en objetivos f�ciles para nuestro enemigo, Satan�s. Sin Jes�s, nuestro Buen Pastor, estamos espiritualmente perdidos y no podemos encontrar a Dios por nosotros mismos.
Jes�s cont� una par�bola sobre una oveja perdida para explicar el coraz�n de Dios por las personas descarriadas (Lucas 15:3-7). El Buen Pastor estaba dispuesto a dejar las noventa y nueve ovejas del reba�o para ir en busca de la oveja perdida. La oveja nunca habr�a encontrado al Pastor por s� misma. Esta par�bola demuestra el tierno cuidado de Dios por cada persona. No se detiene ante nada para encontrar a los que le necesitan y llevarlos a salvo a Su presencia. As� como las ovejas perdidas no pueden encontrar al Pastor por s� mismas, las personas perdidas no pueden encontrar a Dios por su propia cuenta (Salmo 53:2-3; Romanos 3:11).
La religi�n es el intento del hombre para encontrar a Dios por s� mismo. La religi�n crea una meta, que puede ser una deidad o un plano superior de existencia, y luego establece ciertos pasos necesarios para alcanzar esa meta. Gracias a la religi�n, las personas perdidas consideran que no est�n perdidas. Imagina a un excursionista que se ha perdido. Tras varias horas de b�squeda infructuosa para encontrar el camino correcto, decide acampar en un bosque desconocido y afirmar que ya est� en casa. Ya no quiere que le rescaten. Aunque sigue sin saber d�nde est�, la familiaridad con su entorno inmediato le da la ilusi�n de ser encontrado.
El cristianismo no sigue ese patr�n. El cristianismo ense�a que es in�til que los perdidos intenten encontrar a Dios, y por eso Dios envi� a Jes�s a encontrar a los perdidos. Dios hizo por nosotros lo que no pod�amos hacer por nosotros mismos (Romanos 5:8). Incluso cuando no nos damos cuenta de que estamos perdidos, �l conoce nuestra condici�n. Por eso el Hijo de Dios dej� el cielo para encontrarnos y llevarnos a casa (Filipenses 2:5-8; Mateo 18:11; Juan 3:16-18).
Nacemos perdidos porque tenemos una naturaleza pecaminosa heredada de nuestros primeros padres (G�nesis 3) que nos lleva a rebelarnos contra nuestro Pastor (Romanos 3:23). Fuimos creados para estar en casa con �l, caminando en armon�a y obediencia. Sin embargo, a causa de nuestro pecado, estamos perdidos (Isa�as 59:2). No podemos cerrar la brecha entre nosotros y Dios, y no podemos encontrar el camino de regreso a Su presencia. Las personas espiritualmente perdidas est�n atadas por su pecado y condenadas al infierno (Lucas 12:5; Romanos 6:23). No obstante, cuando los perdidos depositan su confianza en la muerte y resurrecci�n de Jesucristo, se abre un puente frente a ellos. Gracias a la misericordia y el amor de Dios, los perdidos pueden volver a casa (1 Pedro 2:25).
Todo ser humano est� perdido o ha sido encontrado. Todos pertenecemos a una de esas dos categor�as. El primer paso para ser encontrado es admitir que estamos perdidos. Estamos de acuerdo con Dios en que nuestro pecado merece un castigo, y reconocemos que el castigo que sufri� Jes�s fue suficiente para pagarlo. Recibimos humildemente ese regalo por medio de la fe (Efesios 2:8-9). En un intercambio divino, Dios transfiere nuestro pecado a la cruz y transfiere la justicia de Cristo a nuestra cuenta (Colosenses 2:14). Luego entramos en una nueva relaci�n con Dios como Sus propios hijos amados. Ya no estamos perdidos. Hemos sido encontrados, perdonados y recibimos un nuevo comienzo (2 Corintios 5:17).