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Pregunta: “�Qu� significa �el que evita la vara odia a su hijo�?”
Respuesta:
La frase “el que evita la vara odia a su hijo” es un proverbio moderno que significa que, si un padre se niega a disciplinar a un ni�o rebelde, ese ni�o se acostumbrar� a salirse con la suya. Llegar� a ser, en el lenguaje com�n, un mocoso malcriado. El dicho viene de Proverbios 13:24, “�l que escatima la vara odia a su hijo, mas el que lo ama lo disciplina con diligencia”. El Se�or utiliza la disciplina para revelarnos nuestro pecado. As� es tambi�n como los padres revelan a sus hijos la verdad de nuestra necesidad de un Salvador. Cuando un ni�o no siente la consecuencia de su pecado, no entender� que el pecado requiere castigo. El Se�or provee un camino a la salvaci�n y el perd�n a trav�s de Jes�s, sin embargo, eso significa poco para aquellos que no ven su pecado.
Adem�s, la correcci�n nos muestra que no estamos libres de culpa y que somos responsables de nuestros actos. Nuestro orgullo natural nos ciega ante la necesidad de un Salvador, y la disciplina revela la verdad de nuestra miseria (Apocalipsis 3:17). Ya que la salvaci�n es la elecci�n m�s importante que el ni�o har� en su vida, es imprescindible que los padres lo lleven a Cristo, y la disciplina es fundamental en este proceso. Proverbios 23:13 dice: “No escatimes la disciplina del ni�o; aunque lo castigues con vara, no morir�”. En el contexto de los vers�culos 13-14, morir significa “experimentar la muerte espiritual en el infierno”. Los ni�os que respetan la autoridad y sienten arrepentimiento por su pecado son mucho m�s propensos a pedirle a Jes�s que los perdone y se salven.
Todos los ni�os nacen pecadores (Romanos 5:12-19). Su naturaleza es destructiva e injusta. Eso no significa que no sean valiosos y dignos de amor (Salmo 127:3). Significa que no han nacido con ninguna “bondad” natural en ellos. Por eso todos los ni�os necesitan disciplina. Proverbios 22:15 dice: “La necedad est� ligada en el coraz�n del muchacho; mas la vara de la correcci�n la alejar� de �l”. La disciplina es fundamental para la sabidur�a (Proverbios 29:15), y un ni�o que obedece a sus padres ser� sabio (Proverbios 13:1). E incluso los adultos que no hacen caso de la correcci�n sentir�n las consecuencias de su insensatez (Proverbios 10:13).
Algunas personas creen en la disciplina, pero no en la disciplina f�sica como los azotes. Sin embargo, la Biblia es la �ltima palabra sobre lo que es verdad; no es una mera opini�n o teor�a. La palabra vara indica un palo delgado que se puede usar para causar una m�nima cantidad de dolor f�sico sin que haya una lesi�n f�sica permanente. Nunca se debe lastimar, herir o provocar cortes a un ni�o mediante una correcci�n f�sica. La Biblia advierte que los padres nunca deben abusar del poder y la autoridad que tienen sobre sus hijos cuando son peque�os, ya que esto provoca la rabia justificada de los ni�os (Efesios 6:4; Colosenses 3:21). La disciplina f�sica se hace siempre con amor, nunca como desahogo de la frustraci�n de los padres. Tambi�n es s�lo una parte de la disciplina y debe usarse cuando el ni�o se muestra desafiante ante un l�mite claro, y no en el momento de acaloramiento.
Dios instruye a los padres para que cr�en a sus hijos de la manera en que �l lo hace. Hebreos 12:5-11 nos dice que Dios disciplina a los que ama para perfeccionar su justicia. Dios s�lo disciplina a los suyos, lo que demuestra que los cristianos son Sus hijos amados. F�jate que David dice que la vara del Se�or lo consuela en su tiempo de angustia (Salmo 23:4).
Por �ltimo, sabemos que ninguna disciplina es agradable cuando se lleva a cabo, pero despu�s hay una gran recompensa (Hebreos 12:11). El car�cter piadoso, el fruto del Esp�ritu y la paz son recompensas de la disciplina de Dios. Lo mismo ocurre con nuestros hijos naturales. Los ni�os que han aprendido a asumir la responsabilidad de sus acciones son personas mucho m�s felices (Proverbios 3:11-18). La importancia de la vara de la correcci�n es que dirige el coraz�n de un ni�o hacia Jes�s y hacia el perd�n del pecado que �l ofrece. Cuando los padres conf�an en los m�todos de Dios por encima de los suyos, ver�n las bendiciones para sus hijos y para ellos mismos.