Pregunta: “�Qu� es la terapia cognitivo-conductual? �Es b�blica?”

Respuesta:


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Pregunta: “�Qu� es la terapia cognitivo-conductual? �Es b�blica?”

Respuesta:
La terapia cognitivo-conductual, muy utilizada hoy en d�a, surgi� de la terapia conductual. Aunque muchos cristianos desconf�an de la psicolog�a en general, la teor�a cognitivo-conductual parece estar m�s en sinton�a con los principios b�blicos. A continuaci�n, se presentan unas breves explicaciones de la terapia cognitivo-conductual y un an�lisis b�blico de sus conceptos.

Explicaci�n de la terapia cognitivo-conductual

Albert Ellis, Aaron Beck y Donald Meichenbaum est�n asociados con la terapia cognitivo-conductual. Como su nombre indica, la terapia cognitivo-conductual es, en cierto modo, una expansi�n del conductismo. La teor�a cognitivo-conductual dice que las dificultades humanas provienen del pensamiento. No es el acontecimiento, sino la creencia de la persona sobre ese acontecimiento lo que causa la perturbaci�n emocional. El objetivo de este tipo de terapia es cuestionar los pensamientos irracionales y ayudar a los pacientes a separar su autoevaluaci�n de la evaluaci�n de su comportamiento, es decir, a diferenciar la identidad de las acciones. En lugar de ser lo que uno hace, uno es un ser que hace cosas. La terapia cognitivo-conductual pretende ayudar a los pacientes a aceptarse a s� mismos a pesar de sus imperfecciones.

La terapia cognitivo-conductual se basa en la idea de que los seres humanos tienen potencial tanto para el pensamiento racional como para el irracional. Las personas son propensas a lo positivo, como la felicidad, el amor, el pensamiento, la autoconservaci�n, el crecimiento y la autorrealizaci�n; pero tambi�n son propensas a lo negativo, como los errores repetidos, la intolerancia, el rechazo del pensamiento, la autoculpabilidad y la autodestrucci�n. Los terapeutas cognitivo-conductuales utilizan un modelo ABC-DEF que comprende un “evento activador” que conduce a una “creencia” la cual desemboca en una “consecuencia” emocional y conductual. El ciclo se rompe con una “intervenci�n de disputa”, que conduce a un “efecto” y a un nuevo “sentimiento”. En esencia, se cree que las alteraciones emocionales humanas son el resultado de la interiorizaci�n de un pensamiento negativo. A trav�s de la reestructuraci�n cognitiva, se hace posible la auto-mejora a medida que el pensamiento irracional se reemplaza por un pensamiento constructivo.

Comentario b�blico sobre la terapia cognitivo-conductual

Romanos 12:2 y 2 Corintios 10:5 son textos b�blicos que apoyan el enfoque cognitivo-conductual. Dios nos manda guardar nuestros pensamientos. Satan�s es el “padre de la mentira” (Juan 8:44); si nuestras mentes no est�n firmemente basadas en la verdad, somos m�s susceptibles a sus enga�os. Santiago 2:14 tambi�n habla de c�mo nuestras creencias afectan a nuestros comportamientos.

Sin embargo, existe el peligro de que la teor�a cognitivo-conductual est� m�s orientada a la utilidad de la creencia de un paciente que a su verdad. En lugar de sustituir las mentiras por la verdad, la terapia cognitivo-conductual se limita a reemplazar los pensamientos in�tiles por otros �tiles. Esto abre completamente la puerta al relativismo.

La visi�n cognitivo-conductual de la naturaleza humana es inexacta. La teor�a tiene sus ra�ces en el naturalismo y, por tanto, no tiene en cuenta lo espiritual y no acepta el concepto de Dios. Aun as�, en cierto modo la visi�n cognitivo-conductual alude al hecho de que los seres humanos poseen una naturaleza pecaminosa. Sin embargo, tambi�n sugiere que los seres humanos son capaces de autosalvarse. Esto no es as�. Revisar nuestros pensamientos no nos salvar�.

Por otra parte, el objetivo de la terapia cognitivo-conductual de autoaceptaci�n no es intr�nsecamente antib�blico. Dios nos acepta en nuestra imperfecci�n (Efesios 2:1-10; Colosenses 2:13; Romanos 5:6-8). Sin embargo, no nos quedamos con la imperfecci�n. Es importante equilibrar la verdad de nuestra justificaci�n con el proceso de santificaci�n.

La terapia cognitivo-conductual puede tener algunas t�cnicas �tiles para los cristianos que buscan llevar sus pensamientos cautivos o mejorar en otras �reas que requieren autocontrol. Tambi�n puede ser �til para revelar las mentiras del enemigo, de modo que los cristianos no se dejen enga�ar por el autodesprecio o los comportamientos autodestructivos. Sin embargo, para liberarnos de los falsos pensamientos y crecer de verdad, necesitamos estar fundamentados en la verdad de Dios y santificados por el poder del Esp�ritu Santo.

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