
topreadz.com/Espanol
Pregunta: “�Qu� es la terapia centrada en la persona? �Es b�blica?”
Respuesta:
Los cristianos han tenido diversas reacciones frente a las teor�as psicol�gicas. Algunos creyentes afirman que todo el �mbito est� corrompido, y otros no llegan a cuestionar las teor�as planteadas. Creemos que puede haber un enfoque equilibrado de la psicolog�a en el que las teor�as seculares se filtran a trav�s de un marco b�blico para extraer lo que es �til. La psicolog�a en s� no es un campo integrado que promueva una teor�a cohesiva. Sin embargo, algunos conceptos siguen siendo consistentes en t�rminos de la pr�ctica de la consejer�a en s�. Entre ellas se encuentran las ideas de Carl Rogers, fundador de la terapia centrada en la persona.
Explicaci�n de la terapia centrada en la persona
La terapia centrada en la persona se desarroll� por etapas, ya que Rogers no pretend�a ofrecer un paradigma completo. Lo que ahora se llama “terapia centrada en la persona” es considerado por algunos consejeros como un enfoque b�sico sobre el que construir otras teor�as.
Siguiendo una filosof�a humanista, la terapia centrada en la persona parte de la base de que las personas son, en general, dignas de confianza, capaces de reflexionar sobre s� mismas y de crecer por s� mismas (hacia la autorrealizaci�n). Si se les proporciona el entorno adecuado, las personas estar�n a la altura de sus capacidades. Un terapeuta o consejero centrado en la persona est� presente principalmente para proporcionar al paciente un entorno positivo mediante la relaci�n. Un consejero debe ser “congruente” (genuino o aut�ntico), mostrar consideraci�n positiva incondicional y ofrecer una comprensi�n emp�tica precisa. Con esta relaci�n de apoyo, el paciente est� obligado a conocerse a s� mismo y a crecer. En lugar de centrarse en las quejas del paciente, los terapeutas centrados en la persona se centran en el paciente. La terapia no est� dise�ada para resolver problemas, sino para ayudar a las personas a manejar mejor sus propios problemas. Los consejeros deben estar presentes con sus pacientes y generalmente se centran en lo inmediato.
No hay t�cnicas centradas en la persona como para hablar de ellas, por eso algunos consejeros siguen el llamado de Roger a ser genuinos, tolerantes y emp�ticos, y luego emplean otras t�cnicas y m�todos para promover el crecimiento del paciente. La terapia centrada en la persona se utiliza habitualmente en la intervenci�n en crisis y para la formaci�n de trabajadores en campos orientados al servicio. Natalie Rogers, hija de Carl Rogers, utiliz� la terapia centrada en la persona como trampol�n para crear la terapia de artes expresivas.
Comentario b�blico sobre la terapia centrada en la persona
Desde el punto de vista b�blico, hay un problema evidente con la terapia centrada en la persona respecto a su visi�n de la humanidad. Los seres humanos no est�n intr�nsecamente motivados hacia el crecimiento positivo. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios; tenemos la eternidad en nuestros corazones (Eclesiast�s 3:11); sabemos que hay algo mejor. Sin embargo, Ad�n y Eva pecaron, introduciendo una naturaleza pecaminosa en el resto de la humanidad (Romanos 5:12). Sin Dios, nuestros corazones son enga�osos (Jerem�as 17:9), deseamos lo que es malo (G�latas 5:17-21) y estamos muertos en el pecado (Colosenses 2:13). Podemos desear de alguna manera ser restaurados a nuestro prop�sito original, para obtener un sentido de satisfacci�n y rectitud en la forma en que estamos viviendo. Echamos de menos el Ed�n, pero no podemos volver a �l. No es a trav�s de nuestro propio esfuerzo o a trav�s de una relaci�n positiva con un consejero que vamos a crecer. Es s�lo por la obra del Esp�ritu Santo (2 Corintios 5:17, 21; Filipenses 1:6; Efesios 4:22-24). Adem�s, necesitamos m�s que crecimiento. Necesitamos la salvaci�n; necesitamos la santificaci�n. Nuestra naturaleza pecaminosa necesita ser derrotada para que seamos completamente restaurados.
El concepto de humanidad de la terapia centrada en la persona tambi�n puede conducir al ego�smo. La autorrealizaci�n tiene que ver con el yo y la eliminaci�n de las barreras personales. Conocerse a s� mismo y alcanzar todo su potencial se convierte en algo primordial; esto puede suponer que el paciente deje de cumplir sus responsabilidades con los dem�s y se centre cada vez m�s en s� mismo. Cada vez que una persona se propone “encontrarse a s� misma”, descuidando sus otras relaciones, est� siendo ego�sta. La terapia centrada en la persona ense�a que la naturaleza humana es intr�nsecamente buena y conf�a en que la autorrealizaci�n de los individuos los llevar� a la bondad en general. La Biblia nos invita a ser desinteresados, no a buscarnos a nosotros mismos (Filipenses 2:4). Conocemos los resultados negativos cuando las personas comienzan a preocuparse s�lo por s� mismas.
La terapia centrada en la persona tiene un enfoque fenomenol�gico, lo que significa que la experiencia subjetiva determina el concepto de verdad del paciente. Puesto que la terapia centrada en la persona hace hincapi� en la aceptaci�n del paciente sin importar lo que suceda, se abre la puerta al relativismo. Aunque un paciente defina la moralidad de forma diferente a otro, el terapeuta debe aceptar incondicionalmente ambas definiciones.
La terapia centrada en la persona puede ofrecer una orientaci�n �til para relacionarse con los dem�s. Ciertamente, la Biblia aplaude la autenticidad, ya que debemos ser honestos en todo lo que hacemos (Proverbios 12:22; Filipenses 4:8; Colosenses 3:9; 1 Pedro 3:10). Estamos llamados a amar a los dem�s, no en funci�n de lo que hacen, sino en base al amor incondicional de Dios por nosotros (Juan 13:34-35). Y el hecho de dedicar tiempo a escuchar la historia de otra persona y responder adecuadamente con atenci�n y preocupaci�n es una forma de amar. Sin embargo, en la terapia centrada en la persona, la “consideraci�n positiva incondicional” puede ser una trampa. Los cristianos responden con un equilibrio de amor y verdad (Efesios 4:15). Amamos a todos, pero no aceptamos todo lo que hacen. El pecado es pecado y tiene que ser etiquetado como tal. A veces, debemos poner l�mites y permitir la disciplina en la vida de los que amamos. Los terapeutas centrados en la persona no estar�an de acuerdo.
Los conceptos detr�s de la terapia centrada en la persona pueden ser un recordatorio de que Dios nos cre� con un prop�sito que tanto anhelamos. Sin embargo, buscar conocernos a nosotros mismos no nos devolver� ese prop�sito. Por el contrario, debemos buscar conocer a Dios y permitirle que nos revele el prop�sito �nico que tiene para nosotros. Debemos confiar en el poder de Su Esp�ritu Santo y en el s�lido fundamento de Su Palabra para ser sanados y santificados (Juan 17:17).
Una gran parte de esta informaci�n ha sido adaptada de Modern Psychotherapies: A Comprehensive Christian Appraisal de Stanton L. Jones y Richard E. Butman y Theory and Practice of Counseling and Psychotherapy de Gerald Corey.