Pregunta: “�Qu� es la inmoralidad sexual?”

Respuesta:


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Pregunta: “�Qu� es la inmoralidad sexual?”

Respuesta:
En el Nuevo Testamento, la palabra que m�s se traduce como “inmoralidad sexual” es porneia. Esta palabra tambi�n se traduce como “prostituci�n”, “fornicaci�n” e “idolatr�a”. Significa “una renuncia a la pureza sexual” y se utiliza principalmente para las relaciones sexuales prematrimoniales. De esta palabra griega obtenemos la palabra en espa�ol pornograf�a, que proviene del concepto de “vender”. La inmoralidad sexual es la “venta” de la pureza sexual e implica cualquier tipo de expresi�n sexual fuera de los l�mites de una relaci�n matrimonial b�blicamente definida (Mateo 19:4-5).

La conexi�n entre la inmoralidad sexual y la idolatr�a se entiende mejor en el contexto de 1 Corintios 6:18, que dice: “Huid de la fornicaci�n. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, est� fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. Los cuerpos de los creyentes son el “templo del Esp�ritu Santo” (1 Corintios 6:19-20). La adoraci�n de �dolos paganos a menudo implicaba actos sexuales perversos e inmorales realizados en el templo de un dios falso. Cuando usamos nuestros cuerpos f�sicos para fines inmorales, estamos imitando la adoraci�n pagana al profanar el santo templo de Dios con actos que �l llama detestables (1 Corintios 6:9-11).

Las prohibiciones b�blicas contra la inmoralidad sexual suelen ir acompa�adas de advertencias contra la “impureza” (Romanos 1:24; G�latas 5:19; Efesios 4:19). Esta palabra en el griego es akatharsia, que significa “contaminado, sucio, ceremonialmente inadecuado”. Connota acciones que hacen que una persona no sea apta para entrar en la presencia de Dios. Los que persisten en la inmoralidad e impureza sin arrepentirse no pueden entrar en la presencia de Dios. Jes�s dijo: “Bienaventurados los de limpio coraz�n, porque ellos ver�n a Dios” (Mateo 5:8; cf. Salmo 24:3-4). Es imposible mantener una sana intimidad con Dios cuando nuestros cuerpos y almas se entregan a impurezas de cualquier �ndole.

La sexualidad es un dise�o de Dios. S�lo �l puede definir los par�metros para su uso. La Biblia es clara en cuanto a que el sexo fue creado para ser disfrutado entre un hombre y una mujer que est�n en un pacto matrimonial hasta que uno de ellos muera (Mateo 19:6). La sexualidad es el sagrado regalo de bodas de Dios a los seres humanos. Cualquier expresi�n de la misma fuera de esos par�metros constituye un abuso del don de Dios. El abuso es el uso de personas o cosas de maneras que no fueron dise�adas para ser usadas. La Biblia llama a esto pecado. El adulterio, el sexo prematrimonial, la pornograf�a y las relaciones homosexuales est�n fuera del dise�o de Dios, y esto los convierte en pecado.

Las siguientes son algunas objeciones comunes a los mandatos de Dios contra la inmoralidad sexual:

1. No es malo si nos amamos. La Biblia no hace ninguna distinci�n entre relaciones sexuales “amorosas” y “no amorosas”. La �nica distinci�n b�blica es entre personas casadas y no casadas. El sexo dentro del matrimonio es bendito (G�nesis 1:28); el sexo fuera del matrimonio es “fornicaci�n” o “inmoralidad sexual” (1 Corintios 7:2-5).

2. Los tiempos han cambiado, y lo que era malo en los tiempos b�blicos ya no se considera pecado. La mayor�a de los pasajes que condenan la inmoralidad sexual tambi�n incluyen pecados como la codicia, la lujuria, el robo, etc. (1 Corintios 6:9-10; G�latas 5:19-21). No tenemos problema en entender que estas otras cosas siguen siendo pecado. El car�cter de Dios no cambia con la opini�n de la cultura (Malaqu�as 3:6; N�meros 23:19; Hebreos 13:8).

3. Estamos casados a los ojos de Dios. Este argumento implica que Dios es bizco. La falacia de esta idea es que el Dios que cre� el matrimonio en primer lugar se retractar�a de Su propio mandato para acomodar lo que �l ha llamado pecado. Dios declar� que el matrimonio es un hombre y una mujer unidos de por vida (Marcos 10:6-9). A menudo, la Biblia utiliza la imagen de una boda y un pacto matrimonial como met�fora para ense�ar una verdad espiritual (Mateo 22:2; Apocalipsis 19:9). Dios se toma el matrimonio muy en serio, y Sus “ojos” ven la inmoralidad por lo que es, independientemente de lo astutamente que la hayamos redefinido.

4. Todav�a puedo tener una buena relaci�n con Dios porque �l entiende. Proverbios 28:9 dice: “El que aparta su o�do para no o�r la ley, su oraci�n tambi�n es abominable”. Nos enga�amos a nosotros mismos cuando pensamos que podemos elegir obstinadamente el pecado y que a Dios no le importa. Primera Juan 2:3-4 presenta un serio desaf�o para aquellos que persisten en esta l�nea de pensamiento: “Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no est� en �l”.

Hebreos 13:4 deja muy claro lo que Dios espera de sus hijos: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los ad�lteros los juzgar� Dios”. La inmoralidad sexual es incorrecta. La sangre de Jes�s puede limpiarnos de todo tipo de impureza cuando nos arrepentimos y recibimos Su perd�n (1 Juan 1:7-9). Ahora bien, esa limpieza significa que nuestra vieja naturaleza, incluida la inmoralidad sexual, ha muerto (Romanos 6:12-14; 8:13). Efesios 5:3 dice: “Pero fornicaci�n y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos”.

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