Pregunta: “�Qu� es el abuso espiritual?”

Respuesta:


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Pregunta: “�Qu� es el abuso espiritual?”

Respuesta:
�Abusar” es usar algo o a alguien para un fin malo o para algo malo, sobre todo de forma repetida o constante. El abuso espiritual se produce cuando una autoridad espiritual, tan importante como un l�der de una secta o un pastor abusivo, trata de controlar a los miembros y que lo obedezcan. El abuso espiritual est� muy relacionado con la manipulaci�n espiritual y no ayuda al plan de Dios de promover el crecimiento espiritual.

Un grupo espiritualmente abusivo podr�a afirmar que son el �nico canal de comunicaci�n de Dios y que s�lo ellos pueden interpretar correctamente la Palabra de Dios. Podr�an afirmar que la salvaci�n depende de la pertenencia a su iglesia y que, puesto que Dios habla s�lo a trav�s de ellos, no puede haber m�s discusi�n sobre lo que dicen los l�deres. O los l�deres podr�an se�alar la bendici�n de Dios sobre su trabajo -probada por el aumento de bautismos, tal vez- y obligar a los miembros a dar m�s generosa a sus proyectos de crecimiento. El hecho de obligar a pagar m�s dinero, prometer que Dios lo devolver� y provocar un sentimiento de culpa pueden ser se�ales de abuso disimulado.

Los grupos abusivos tambi�n insisten mucho en los actos de comportamiento: asistir a todas las reuniones, ser voluntario para ayudar en eventos locales, regionales y nacionales, y pasar un tiempo m�nimo para hacer propaganda. A los miembros se les recuerda constantemente que el fin de este sistema perverso de la cosas es una realidad inevitable, y que queda muy poco tiempo para difundir las “buenas nuevas”. Todos deben hacer m�s en el avance de la “obra de Dios”. La entrega de cada miembro es controlada y medida por la cantidad de tiempo, esfuerzo y dinero que se da a la causa. Si los esfuerzos de un miembro empiezan a estar por debajo de las expectativas, se notar�.

El abuso espiritual puede ocurrir cuando los l�deres de la iglesia o de una secta usan mal las Escrituras para sustentar su propia autoridad y mantener a los miembros bajo su control. Por ejemplo, una autoridad espiritual puede usar Hebreos 13:17 (“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos”) para exigir una lealtad total y una obediencia incondicional. Un l�der podr�a decir: “Dios me ha dado autoridad sobre ustedes; por lo tanto, desobedecerme es desobedecer a Dios”. Si los miembros se sienten inc�modos y piensan en irse, lo que dice el l�der es: “Si dejan este grupo, nunca ir�n al cielo, porque s�lo nosotros conocemos la verdad”. Este tipo de manipulaci�n es horrible, pero ocurre m�s a menudo de lo que uno piensa. Nuestra lealtad es a Cristo, la Cabeza de la iglesia (Efesios 1:22), no a una organizaci�n, iglesia o l�der en particular.

Las sectas y las iglesias abusivas no permiten a sus miembros acceder a cualquier informaci�n que pueda criticarlos. A los miembros se les ense�a desde el principio a ser esc�pticos ante cualquier informaci�n en contra del grupo y que los medios de comunicaci�n s�lo mienten sobre ellos. Estas “mentiras” se identifican como una forma de persecuci�n, que “demuestra” que deben ser la �nica religi�n verdadera. As�, por ejemplo, si los periodistas informan sobre l�deres que han sido declarados culpables de abusos a menores, la organizaci�n simplemente dice a sus miembros que no crean nada de lo que los peri�dicos dicen sobre ellos: todo es mentiras y calumnias. Si la simple negaci�n no funciona, pasan a la justificaci�n y a las ideas. Los l�deres abusivos espiritualmente pueden llegar a ser tan buenos en el control del pensamiento y de la informaci�n que todos los que est�n bajo su control defienden su nueva identidad por encima de la que ten�an.

Cuanto m�s comprometida est� una persona con la iglesia que la abusa, m�s se aleja de los que no son miembros y m�s teme lo que pueda pasar si se sale de la iglesia. Algunas personas, despu�s de toda una vida de compromiso con un grupo religioso, simplemente no saben c�mo podr�an sobrevivir si se fueran. No tienen m�s amigos que sus compa�eros de iglesia. Puede que hayan cortado el contacto con sus familiares. Probablemente no tengan intereses (sociales o intelectuales) fuera de su grupo. Es tal su miedo al rechazo que muchos no se mueven de su sitio, guard�ndose sus temores para s� mismos.

Deborah Layton, sobreviviente de Jonestown, escribi�: “Cuando se proh�ben nuestros propios pensamientos, cuando no se permiten nuestras preguntas y se castigan nuestras dudas, cuando se censuran los contactos y las amistades fuera de la organizaci�n, se est� abusando de nosotros por un fin que nunca justifica sus medios. Cuando nos duele el coraz�n al saber que hemos hecho amistades y v�nculos secretos que ser�n prohibidos para siempre si nos vamos, estamos en peligro. Cuando consideramos la posibilidad de quedarnos en un grupo porque no podemos soportar la p�rdida, la decepci�n y el dolor que nuestra salida nos causar� a nosotros mismos y a los que hemos llegado a amar, estamos en una secta” (Seductive Poison. New York: Anchor Books, 1998, p�gina 299).

Pedro nos advirti� que “habr� entre vosotros falsos maestros” (2 Pedro 2:1). Al describir a estos falsos maestros, Pedro se�ala su tendencia a abusar de sus seguidores: “y por avaricia har�n mercader�a de vosotros con palabras fingidas” (vers�culo 3). Aquellos que intentan usar la Palabra de Dios para aprovecharse de la iglesia son mentirosos codiciosos, y traer�n el castigo divino sobre ellos: “ya de largo tiempo la condenaci�n no se tarda, y su perdici�n no se duerme” (vers�culo 3).

El yugo de Jes�s es f�cil, y su carga es ligera (Mateo 11:30). Aquellos que dicen hablar en nombre de Jes�s hoy en d�a no deber�an poner cargas m�s pesadas a la gente que las que Jes�s pondr�a.

Un pastor debe ser un como un pastor de ovejas. Los pastores que abusan del reba�o pueden esperar un castigo severo cuando el Se�or regrese: ” le castigar� duramente, y le pondr� con los infieles. . . . a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandar�; y al que mucho se le haya confiado, m�s se le pedir�” (Lucas 12:46-48). Con el poder viene la responsabilidad, y aquellos lobos espirituales que abusan de su autoridad tendr�n que responder ante Dios por los da�os que hayan hecho.

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