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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre una separaci�n de prueba en un matrimonio?”
Respuesta:
Cuando una pareja entra en el pacto del matrimonio, la Biblia nos dice que Dios los une en una sola carne. “As� que no son ya m�s dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios junt�, no lo separe el hombre” (Mateo 19:6). La finalidad del matrimonio es ser un compromiso para toda la vida, no una soluci�n temporal para la soledad u otras necesidades emocionales. Dios odia el divorcio (Malaqu�as 2:16) y no quiere que una pareja se separe una vez casada (Mateo 19:8).
Puesto que la separaci�n, ya sea legal o f�sica, implica la divisi�n de una pareja casada, desagrada a Dios. Primera de Corintios 7:10-11 dice: “Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, qu�dese sin casar, o reconc�liese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer”. Una separaci�n nunca es una situaci�n ideal, pero a causa del pecado, a veces es necesaria. Por ejemplo, si un c�nyuge o un hijo est� siendo abusado f�sicamente, debe buscar inmediatamente ayuda fuera del hogar y separarse del abusador hasta que se haya proporcionado la ayuda y el tratamiento adecuados a todas las partes (para m�s informaci�n, consulta nuestro art�culo “�Cu�l es la perspectiva b�blica sobre la violencia dom�stica?”). La oraci�n y el consejo de un pastor son tambi�n necesarios para la restauraci�n del matrimonio y la familia.
Los votos matrimoniales no deben tomarse a la ligera, y la separaci�n no se debe llevar a cabo de manera casual. Demasiadas parejas deciden tener un “periodo de separaci�n” con el fin de descubrir lo que realmente quieren de la vida, pero lo hacen sin ning�n intento de reconstruir el matrimonio durante este tiempo. En vez de reconstruir la familia sobre un fundamento de fe en Cristo, se alejan m�s hasta que finalmente se divorcian. Esto no forma parte del plan perfecto de Dios para el matrimonio y la familia, aunque en algunas culturas se haya convertido en algo aceptable. “Goza de la vida con la mujer que amas, todos los d�as de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los d�as de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol” (Eclesiast�s 9:9).