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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la ociosidad/ser ocioso?”
Respuesta:
La Biblia traduce varias palabras diferentes como “ociosidad”. Aunque existen algunas peque�as diferencias, el significado general de ociosidad es “holgazaner�a descontrolada”. Eclesiast�s 10:18 ofrece una detallada descripci�n de las consecuencias de la ociosidad: “Por la pereza se cae la techumbre, y por la flojedad de las manos se llueve la casa”. La ociosidad es lo opuesto a la diligencia, algo que por lo general la Biblia recomienda (Proverbios 12:24; 13:4; Romanos 12:11; Efesios 4:28).
La ociosidad puede manifestarse de diferentes maneras. Jes�s nos advirti� acerca de las palabras ociosas. Dijo: “Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella dar�n cuenta en el d�a del juicio” (Mateo 12:36). Las palabras ociosas son un vocabulario incorrecto. Efesios 5:4 presenta una lista de palabras ociosas: “ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhaner�as, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias”. Las palabras ociosas son aquellas que probablemente no se dir�an cuando Jes�s est� presente. Primera Timoteo 6:20 tambi�n nos dice que debemos evitar “las profanas pl�ticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia”. Entonces, no s�lo hay que eliminar nuestra forma de hablar ociosa, sino que debemos apartarnos de las conversaciones tontas de los dem�s.
Primera de Timoteo 5:13 da instrucciones a las viudas j�venes de que se casen de nuevo y tengan hijos para que no sean “ociosas, andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino tambi�n chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran”. La ociosidad provoca otros males, como los chismes y las calumnias (2 Corintios 12:20). Sin embargo, no s�lo las mujeres fueron advertidas sobre la ociosidad. Segunda de Tesalonicenses 3:11 dice: “Porque o�mos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremeti�ndose en lo ajeno”. La ociosidad es una base para muchos otros pecados, y a los creyentes se les advierte que no la permitan ni en sus vidas ni en la iglesia.
En cambio, la Biblia elogia a quienes eran conocidos por sus buenas obras y su servicio por el reino de Dios. Tabita “abundaba en buenas obras y en limosnas que hac�a” (Hechos 9:36). Evodia y S�ntique son elogiadas por Pablo por trabajar duro a su lado por el Evangelio (Filipenses 4:2-3). Epafrodito se esforz� tanto por compartir el evangelio que estuvo a punto de morir (Filipenses 2:30). Trifena, Trifosa y P�rsida son otras que fueron elogiadas por su duro trabajo en el Se�or (Romanos 16:12). Todos ellos son elogiados por negarse a quedarse de brazos cruzados cuando hab�a trabajo por hacer.
La ociosidad supone que no hay nada digno para hacer, que valga la pena el tiempo o el esfuerzo. Pero mientras existan personas perdidas sin Cristo, siempre habr� algo que hacer. Para combatir la tendencia a la ociosidad, debemos desarrollar el h�bito de la oraci�n, el estudio de la Biblia, la meditaci�n y el servicio. Siempre hay alguien que necesita ayuda, oraci�n o �nimo. Cuando nuestros corazones est�n completamente comprometidos al Se�or�o de Jesucristo, no podemos quedarnos ociosos durante mucho tiempo, porque eso no es lo que �l har�a. Jes�s dijo: “Me es necesario hacer las obras del que me envi�, entre tanto que el d�a dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar” (Juan 9:4).
La Biblia nos manda a estar “creciendo en la obra del Se�or siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Se�or no es en vano” (1 Corintios 15:58). Jes�s dijo: ” La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Se�or de la mies que env�e obreros a su mies” (Lucas 10:2). Quien est� tentado a ser ocioso tiene que preguntarse: �Qu� puedo hacer en este momento para ser uno de Sus obreros?