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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la fecundaci�n in vitro?”
Respuesta:
La fecundaci�n in vitro es el proceso de juntar un espermatozoide y un �vulo fuera del cuerpo de la mujer, y luego colocar el �vulo fecundado o cigoto en el cuerpo de la mujer para que pueda quedarse embarazada. La fecundaci�n in vitro es un tema controvertido entre los cristianos, y la Biblia no menciona nada al respecto. Por lo tanto, se convierte en un asunto de convicci�n del Esp�ritu Santo.
Dios valora cada vida humana; �l crea y planea cada nacimiento. La Biblia dice: “Porque t� formaste mis entra�as; T� me hiciste en el vientre de mi madre. . . . No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo m�s profundo de la tierra” (Salmo 139:13, 15). Dado que el �vulo fecundado es un ser humano vivo, hay que tener en cuenta algunas implicaciones morales. A menudo, las parejas deciden extraer m�s �vulos de los que piensan utilizar, lo que significa que algunos de los embriones acaban siendo destruidos, o congelados para un uso posterior. Sin embargo, si la pareja concibe inmediatamente, es posible que nunca necesite utilizar los embriones congelados, que acabar�an siendo destruidos. La Biblia no nos da permiso para destruir la vida humana inocente: esto ser�a un asesinato.
Una forma de evitar este problema es cosechar s�lo los �vulos que la pareja planea implantar en el �tero. Por supuesto, existe un alto riesgo de que al menos algunos de los �vulos fecundados aborten, sin embargo, se tratar�a de una expulsi�n natural y no de una destrucci�n intencionada. Esto tambi�n significa que la mujer puede tener que pasar por procedimientos y gastos adicionales para que m�s adelante se le extraigan m�s �vulos.
A veces, las personas al no querer esperar el momento perfecto de Dios, se quedan embarazadas por fecundaci�n in vitro a causa de la impaciencia. La Biblia nos dice que someternos al Esp�ritu Santo nos dar� paciencia (G�latas 5:22), y por eso debemos tener cuidado de no asumir el trabajo de Dios por nuestra cuenta si �l tiene otros prop�sitos para nosotros. Una pareja no debe involucrarse en la fertilizaci�n in vitro sin considerar en oraci�n la voluntad de Dios. “No os conform�is a este siglo, sino transformaos por medio de la renovaci�n de vuestro entendimiento, para que comprob�is cu�l sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).