Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la audacia?”

Respuesta:


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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la audacia?”

Respuesta:
La audacia es el valor de actuar o hablar sin miedo, a pesar de los peligros tanto reales como imaginarios. Cuando una persona act�a audazmente, lo hace sin tener en cuenta los riesgos. Una mam� de baja estatura le arrebatar� con valent�a la mano a su hijo a un desconocido de dos metros. Un hombre puede enfrentarse con valent�a a un jefe autoritario, sabiendo que lo podr�an despedir por hacerlo. No hay que confundir la audacia con la temeridad o la agresividad. Sin embargo, es parecida a la asertividad en el sentido de que permite que alguien haga o diga lo que es necesario, a pesar de que pueda haber un resultado negativo.

La audacia fue una de las primeras caracter�sticas que el Esp�ritu Santo imparti� cuando vino a morar en los creyentes despu�s que Jes�s ascendi� al cielo. Los seguidores de Jes�s se hab�an escondido por miedo a las autoridades jud�as, orando y anim�ndose unos a otros. Luego el Esp�ritu Santo vino sobre ellos, y aquellos disc�pulos que antes estaban aterrorizados se convirtieron en predicadores audaces (Hechos 2). Poco despu�s, cuando los disc�pulos se enfrentaron a la persecuci�n de las autoridades, oraron para tener valor (Hechos 4:29). Su oraci�n fue respondida, y fueron llenos del Esp�ritu Santo y “hablaron la palabra con denuedo” (Hechos 4:31). Dios nos da audacia cuando nuestra meta es la de obedecer y glorificarle a �l.

La audacia espiritual puede parecer terca o extrovertida, pero en realidad la persona audaz puede sentir un gran temor. Esta audacia proviene del Esp�ritu Santo, el cual impulsa a la persona a decir la verdad en amor, aun cuando no sea bien recibida. La audacia sana se puede comparar con la de una mujer a la que le aterrorizan las serpientes, pero que ve una en el port�n de su casa. Est� asustada, pero no la deja escapar porque es peligrosa. La persigue con una pala y la mata, a pesar de que ella misma tiembla intensamente de miedo. No ser�a correcto afirmar que esta mujer le gusta la confrontaci�n. Por el contrario, su audacia para matar a la serpiente se debe a la determinaci�n de hacer lo correcto para proteger a su familia, independientemente del miedo. La audacia espiritual busca la verdad, se esfuerza por destruir la mentira y el error, y dice lo que es correcto sin importar lo aterradora que pueda ser esa acci�n.

La audacia del mundo, por el contrario, puede llegar a ser prepotente o conflictiva. Disfruta de la aprobaci�n popular y con frecuencia ignora la precauci�n o la sensibilidad. Las palabras incr�dulas “�En qu� estabas pensando?” son las que se escuchan despu�s de actuar con audacia. No debemos ser audaces haciendo el mal, aceptando retos o traspasando los l�mites simplemente para demostrar que podemos hacerlo. La audacia sin discernimiento puede provocar palabras insensatas y un comportamiento arriesgado. Con frecuencia, el libro de Proverbios relaciona la audacia precipitada con la insensatez. Proverbios 13:16 dice: “Todo hombre prudente procede con sabidur�a; mas el necio manifestar� necedad”. Los necios son muy ciegos a su propio error y se jactan descaradamente de �l. Son audaces al proclamar sus puntos de vista equivocados y a�n m�s audaces al ejecutarlos. La audacia de un tonto resulta tan apropiada como las joyas para un cerdo (ver Proverbios 11:22).

Proverbios 28:1 dice: “Huye el imp�o sin que nadie lo persiga; mas el justo est� confiado como un le�n”. Los justos son audaces porque saben que Dios est� a su favor y que lo que tienen que decir es importante (Hebreos 13:6). Cuando el ap�stol Pablo estaba en la c�rcel, escribi� a las iglesias pidiendo oraci�n para que fuera lo suficientemente audaz como para seguir proclamando el evangelio (Efesios 6:19). La audacia seg�n Dios est� motivada por la pasi�n por Cristo y Su verdad. Casi nunca es egoc�ntrica pues requiere que dejemos de lado nuestro deseo natural de comodidad y popularidad. El que Pablo hablara con audacia probablemente significar�a m�s persecuci�n. Esteban habl� con audacia y se convirti� en el primer m�rtir cristiano (Hechos 6:8-10, 7:1-2, 54-58).

Como seguidores de Cristo, debemos orar como lo hizo Pablo para que el Se�or nos conceda audacia sobrenatural para hablar y vivir como �l quiere que lo hagamos. En esta �poca de gran enga�o y resistencia a la verdad, necesitamos la audacia m�s que nunca. La audacia, junto con el amor y la humildad (1 Corintios 13:4-8; 1 Pedro 5:6), es como una luz en la oscuridad (Mateo 5:14). Cuando estamos convencidos de que nuestro mensaje es vivificante y eterno, podemos hablar con audacia, sabiendo que Dios lo usar� para impactar nuestro mundo (Isa�as 55:10-11).

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