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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre la astronom�a?”
Respuesta:
La astronom�a es la ciencia que estudia las caracter�sticas de los cielos y los objetos que se encuentran en ellos y, por lo tanto, es una ciencia que analiza una parte de la creaci�n de Dios. G�nesis 1:1 declara que “En el principio cre� Dios los cielos” y en el cuarto d�a de la creaci�n, “hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que se�orease en el d�a, y la lumbrera menor para que se�orease en la noche; hizo tambi�n las estrellas” (G�nesis 1:16). Por lo tanto, la Biblia ense�a que es Dios el creador de los cielos y de todos los astros que en ellos se encuentran.
La Biblia describe al Se�or no s�lo como Creador de los cielos, sino tambi�n como su gobernante y sustentador, “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3). El Salmo 102:25-26 nos ense�a que “los cielos son obra de tus manos. Ellos perecer�n, m�s t� permanecer�s… Como un vestido los mudar�s, y ser�n mudados”. Isa�as nos dice que Dios “extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar”, el uso del tiempo presente nos da a entender que hasta el d�a de hoy Dios sigue interactuando y sosteniendo su creaci�n celestial (Isa�as 40:22). Una vez m�s, vemos que “al que hace las Pl�yades y el Ori�n, y vuelve las tinieblas en ma�ana, y hace oscurecer el d�a como noche… Jehov� es su nombre” (Am�s 5:8). Este vers�culo habla del Se�or como creador de las constelaciones y el que controla el cambio entre el d�a y la noche. As�, el Se�or mantiene un control total sobre los cielos y los sostiene con Su poder.
Adem�s, el cielo es un medio que Dios usa para comunicar de forma clara al mundo Su existencia, poder y gloria. David nos dice que “Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmo 19:1). El ap�stol Pablo es insistente en este punto; aunque no menciona los cielos expl�citamente, afirma que “las cosas invisibles de �l, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creaci�n del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas� (Romanos 1:20). Los cielos, de esta manera, dejan a la humanidad sin excusas para no creer en la existencia y el poder de Dios, ya que “Dios se lo manifest�” (Romanos 1:19).
Entonces, �cu�l debe ser nuestra reacci�n ante lo que nos dice la astronom�a sobre el universo? Hallamos una respuesta en el Salmo 8: “Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas que t� formaste, Digo: �Qu� es el hombre, para que tengas de �l memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?… �Oh Jehov�, Se�or nuestro, cu�n grande es tu nombre en toda la tierra!� (Salmo 8:3-4, 9). El universo nos hace recordar nuestra insignificancia en comparaci�n con la grandeza de Dios, y al mismo tiempo nos revela la humilde y asombrosa verdad de que �l se preocupa por nosotros. Por lo tanto, una comprensi�n b�blica de la astronom�a demuestra la gloria y la gracia del Dios que ha creado, sostiene y gobierna el universo. Esta comprensi�n nos lleva a la adoraci�n.