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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el fracaso?”
Respuesta:
Fracasar de vez en cuando es algo humano, pero ser un “fracasado” es cuando somos derrotados por el fracaso, neg�ndonos a levantarnos e intentarlo de nuevo. Los cristianos a veces creen que deber�an ser inmunes al fracaso en consecuencia de su relaci�n con Dios, pero la verdad es que Dios a menudo nos permite fracasar por una variedad de razones. Job 14:1 dice: “El hombre nacido de mujer, corto de d�as, y hastiado de sinsabores”. Eso no dice “los incr�dulos” o “los imp�os”. Dice que el hombre nacido de mujer. �Qu� significa eso? Todo el mundo. La vida est� llena de problemas, incluso para los que pertenecen a Dios por la fe en Cristo. El fracaso se debe esperar. Esto significa que Dios no promete que la vida est� libre de problemas, penas e incluso fracasos, s�lo porque creamos en �l.
Lucas 9:1-5 habla de c�mo Jes�s envi� a Sus disc�pulos a predicar el evangelio y a hacer milagros. Tambi�n les ense�� a c�mo manejar el fracaso. “Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos”. Jes�s quer�a que los futuros ap�stoles se parecieran a �l. Les dio poder y autoridad sobre los demonios, poder para sanar a los enfermos, etc. Sobre todo, Jes�s quer�a que tuvieran valent�a. Jes�s sab�a que no todo el mundo iba a recibir la verdad de �l, pero al decir “Sacudid el polvo de vuestros pies”, quer�a que siguieran adelante. Ser testigos y ser rechazados puede hacernos sentir fracasados, pero si entendemos que el rechazo es inevitable (Juan 15:18), lo que parece ser un fracaso en realidad se convierte en una medalla de honor.
Cuando sentimos que el fracaso viene hacia nosotros, nuestra primera reacci�n puede ser huir o rendirnos. Cuando se trata del pecado, todos somos capaces de evitarlo. Incluso en el amor total, la fe y la devoci�n a Dios, podemos caer, pero Dios no se escandaliza por esto, por lo que envi� a Su Hijo a morir por nuestros pecados. Nos levantamos de nuevo y volvemos a empezar. Pero debemos saber que no podemos hacerlo solos. Debemos mantener nuestros ojos en nuestro Salvador, sigui�ndole y obedeci�ndole y dejando de lado el pecado que inevitablemente nos lleva al fracaso espiritual, como dice Hebreos 12:1: “Por tanto, nosotros tambi�n, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despoj�monos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Dios ha dise�ado una carrera para cada uno de nosotros, y a veces esa carrera incluye el fracaso. Pero cuando nos aferramos al Salvador, incluso nuestros fracasos pueden ser convertidos en �xitos por Aquel que controla todas las cosas y que nos fortalece en nuestra debilidad (Filipenses 4:11-13). Nuestra victoria final en Jes�s est� asegurada, pero la victoria completa s�lo llegar� cuando estemos fuera de este mundo de tentaciones y seguros en los brazos del Se�or en el cielo.