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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el discernimiento?”
Respuesta:
Saber discernir es “distinguir, separar por medio de una b�squeda diligente, examinar”. El discernimiento es la habilidad de diferenciar o establecer correctamente determinaciones. Est� relacionado con la sabidur�a. La misma Palabra de Dios discierne los pensamientos y las intenciones del coraz�n (Hebreos 4:12).
Una mente que tiene discernimiento demuestra una sabidur�a y una perspicacia que van m�s all� de lo que se ve y se escucha. Por ejemplo, se “discierne espiritualmente” la Palabra de Dios. Para la mente del ser humano, sin el Esp�ritu, las cosas de Dios son “locura” (1 Corintios 2:14). Entonces, el Esp�ritu nos da discernimiento espiritual.
El rey Salom�n era conocido por su capacidad para discernir, tomando muchas decisiones sabias y haciendo juicios morales (1 Reyes 3:9, 11). Los cristianos de hoy tambi�n deben discernir. Pablo or� para que los creyentes “sepan c�mo elegir lo mejor… cuando Cristo vuelva” (Filipenses 1:10).
Una persona con discernimiento reconocer� el valor de la Palabra de Dios: “Justas son todas las razones de mi boca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida. Todas ellas son rectas al que entiende, Y razonables a los que han hallado sabidur�a” (Proverbios 8:8-9). El objetivo de todos los que desean caminar con rectitud es buscar el discernimiento: “�Qui�n es sabio para que entienda esto, y prudente para que lo sepa? Porque los caminos del Se�or son rectos, y los justos andar�n por ellos; mas los rebeldes caer�n en ellos” (Oseas 14:9).
Se nos ordena: “Aborreced lo malo, seguid lo bueno” (Romanos 12:9). Sin embargo, si no tenemos un verdadero discernimiento, �c�mo podemos saber lo que es “malo” y lo que es “bueno”? Para que se mantenga la pureza del evangelio, la iglesia tiene que distinguir la verdad de la herej�a. La sabidur�a tambi�n exige que diferenciemos correctamente entre lo que es “mejor” y lo que simplemente es “bueno”.
El discernimiento tiene muchos beneficios adicionales. “Hijo m�o, no se aparten estas cosas de tus ojos; guarda la ley y el consejo, y ser�n vida a tu alma, y gracia a tu cuello. Entonces andar�s por tu camino confiadamente, Y tu pie no tropezar�. Cuando te acuestes, no tendr�s temor, sino que te acostar�s, y tu sue�o ser� grato” (Proverbios 3:21-24).
As� como Salom�n busc� el discernimiento y la sabidur�a (Proverbios 1:2; 1 Reyes 3:9-12) con el fin de examinar la obra de Dios (Eclesiast�s 1:13) y encontrar el sentido de la vida (Eclesiast�s 12:13), los creyentes deben buscar “la sabidur�a que es de lo alto” (Santiago 3:17). Hay que estudiar las Escrituras, que “te pueden hacer sabio para la salvaci�n por la fe que es en Cristo Jes�s” (2 Timoteo 3:15).
Que nuestra oraci�n sea: “Tu siervo soy yo, dame entendimiento para conocer tus testimonios” (Salmo 119:125).