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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia sobre el amor firme?”
Respuesta:
“Amor firme” es una expresi�n que suele considerarse como una medida disciplinaria en la que se trata a alguien con bastante severidad con la intenci�n de ayudarle a largo plazo. El amor firme puede ser negarse a ayudar a un amigo que pide ayuda porque eso simplemente le permitir�a seguir por un camino peligroso. Sin embargo, con el amor firme en un sentido b�blico, la mano que castiga siempre est� controlada por un coraz�n amoroso. Como dijo el sabio rey Salom�n: “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige” (Proverbios 13:24). La Biblia tiene mucho que decir sobre el amor firme, especialmente en Proverbios y Hebreos.
Para comprender plenamente la importancia de por qu� el amor firme es a veces necesario, primero tenemos que entender la magnitud de la lucha espiritual la cual constituye una parte importante de la vida cristiana. Satan�s y sus huestes de demonios har�n todo lo posible por apartarnos del camino espiritual, tentando continuamente a los cristianos para que cedan a su naturaleza pecaminosa (1 Pedro 5:8). Como nos dijo Cristo, “espacioso el camino que lleva a la perdici�n, y muchos son los que entran por ella” y muchos estar�n en �l (Mateo 7:13). Una fuerte dosis de amor firme puede ser el recurso m�s apropiado para ayudar a una persona a salir del camino de la destrucci�n, especialmente si ha estado en �l durante un tiempo.
Sin embargo, desafortunadamente, muchas personas, en particular los padres, a menudo se equivocan cuando se trata de aplicar el amor firme. Es cierto que las medidas disciplinarias firmes pueden ser tan desagradables para el padre como para el hijo; por eso se necesita sabidur�a y valor. Sin embargo, cuando protegemos continuamente a nuestros seres queridos de las consecuencias de sus errores, por lo general les quitamos la oportunidad de crecer y madurar, algo que podr�a erradicar por completo su comportamiento conflictivo. Adem�s, eliminamos cualquier est�mulo que alguien pueda tener para cambiar cuando dudamos en salvarle de s� mismo. Como nos dice el escritor de Hebreos, “Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero despu�s da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11).
En Hebreos vemos a qui�n disciplina Dios: “Hijo m�o, no menosprecies la disciplina del Se�or, ni desmayes cuando eres reprendido por �l; porque el Se�or al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo” (Hebreos 12:5-6, �nfasis a�adido). Debemos soportar el castigo divino, porque Dios nos trata como hijos (vers�culo 7). Si no somos disciplinados, entonces no somos sus “verdaderos hijos” (vers�culo 8). Adem�s, el que recibe la disciplina necesita ver el pecado que caus� la correcci�n de la manera en que Dios ve el pecado. Nuestro santo Dios se ofende por el pecado y no puede tolerarlo (Habacuc 1:13).
El amor firme con frecuencia es necesario porque, como seres humanos ca�dos, tenemos la tendencia a no responder a los golpecitos suaves en el hombro. Nuestro Padre celestial har� lo que sea necesario para conformar a Sus hijos a la semejanza de Cristo, ya que nos predestin� para ello (Romanos 8:28-30). De hecho, en eso consiste Su disciplina. Y cuanto mejor entendamos Su Palabra, m�s f�cil ser� para nosotros aceptar esto. Dios administrar� cualquier cantidad de amor firme que sea necesario para que nuestro comportamiento se alinee con nuestra identidad en Cristo. Del mismo modo, este deber�a ser el motivo de un padre cuando corrige el comportamiento de un hijo rebelde.