Pregunta: “�Qu� dice la Biblia respecto a la duda?”

Respuesta:


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Pregunta: “�Qu� dice la Biblia respecto a la duda?”

Respuesta:
La duda es una experiencia que comparten todas las personas. Incluso los que tienen fe en Dios a veces luchan con la duda y dicen como el hombre de Marcos 9: “Creo; ayuda mi incredulidad” (vers�culo 24). Para algunas personas, la duda es un gran obst�culo; otras la ven como un trampol�n hacia la vida; y otras la ven como un obst�culo que hay que superar. La Biblia tiene algo que decir respecto a la causa de la duda y nos ofrece ejemplos de personas que lucharon contra ella.

El humanismo cl�sico dice que la duda, aunque inc�moda, es absolutamente esencial para la vida. Ren� Descartes dijo: “Si quieres ser un verdadero buscador de la verdad, es necesario que al menos una vez en tu vida dudes de todas las cosas, hasta donde sea posible”. Esto es similar a lo que dijo el fundador del budismo: “Duda de todo. Encuentra tu propia luz”. Si seguimos su consejo, tendr�amos que dudar de lo que dijeron, algo que parece bastante contradictorio. En vez de seguir el consejo de los esc�pticos y falsos maestros, veamos lo que dice la Biblia.

Una definici�n pr�ctica de duda es “carecer de confianza, considerar algo improbable”. La primera expresi�n de duda en la Biblia est� en G�nesis 3, cuando Satan�s tent� a Eva. Dios hab�a dado una orden muy clara sobre el �rbol del conocimiento del bien y del mal y hab�a especificado las consecuencias de la desobediencia. Satan�s sembr� la duda en la mente de Eva cuando le pregunt�: “�Dijo realmente Dios: ‘No comer�s de ning�n �rbol del jard�n’?”. Quer�a que ella no tuviera confianza en el mandato de Dios. Cuando ella afirm� el mandamiento de Dios, incluyendo las consecuencias, Satan�s respondi� con una negativa, que es una declaraci�n m�s fuerte de duda: “No morir�s ciertamente”. La duda es una herramienta de Satan�s para hacernos perder la confianza en la Palabra de Dios y que consideremos poco probable Su juicio.

Para que no pensemos que podemos echar toda la culpa a Satan�s, la Biblia nos hace plenamente responsables de nuestras propias dudas. Cuando el �ngel del Se�or visit� a Zacar�as y le dijo que tendr�a un hijo (Lucas 1:11-17), dud� de la palabra que se le hab�a dado. L�gicamente, supuso que �l y su esposa eran demasiado viejos para tener hijos, y como respuesta a su duda, el �ngel le dijo que se quedar�a mudo hasta el d�a en que se cumpliera la promesa de Dios (Lucas 1:18-20). Zacar�as dud� del poder de Dios para vencer los obst�culos naturales – muchas personas hoy en d�a comparten la misma duda. Cada vez que permitimos que la raz�n humana opaque la fe en Dios, el resultado es la duda pecaminosa. Por muy l�gicas que parezcan nuestras razones, Dios ha hecho insensata la sabidur�a del mundo (1 Corintios 1:20), y Sus planes aparentemente insensatos son mucho m�s sabios que los del hombre. La fe es confiar en Dios incluso cuando Su plan va en contra de la raz�n o la experiencia humana.

Al contrario de la opini�n humanista que dice que la duda es esencial para la vida, la Biblia dice que la duda es un destructor de la vida. Santiago 1:5-8 nos dice que, cuando pidamos sabidur�a a Dios, hemos de pedirla con fe, sin dudar. Si dudamos del poder de Dios para responder a nuestra petici�n, �para qu� pedir entonces? Dios dice que si dudamos mientras pedimos, no recibiremos nada de �l, porque somos inestables. “El que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento” (Santiago 1:6).

El remedio para la duda es la fe, y la fe viene por o�r la Palabra de Dios (Romanos 10:17). Dios nos dio la Biblia como testimonio de Sus obras en el pasado, para que tengamos una raz�n para confiar en �l en el presente. “Me acordar� de las obras del Se�or; s�, har� yo memoria de tus maravillas antiguas” (Salmo 77:11). Para que tengamos fe en Dios, debemos estudiar para conocer lo que �l ha dicho. Una vez que comprendemos lo que Dios ha hecho en el pasado, lo que nos ha prometido para el presente y lo que podemos esperar de �l en el futuro, podemos actuar con fe en vez de dudar.

El esc�ptico m�s famoso de la Biblia fue Tom�s, que declar� que no creer�a que el Se�or hab�a resucitado a menos que pudiera ver y tocar al propio Jes�s (Juan 20:25-29). Cuando m�s tarde vio a Jes�s y crey�, fue reprendido suavemente: “Porque me has visto, Tom�s, cre�ste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”. Hebreos 11:1 dice: “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicci�n de lo que no se ve”. Podemos tener confianza incluso en las cosas que no podemos ver, porque Dios ha demostrado ser fiel, verdadero y capaz.

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