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Pregunta: “�Puede un cristiano dedicarse a la actuaci�n o al espect�culo?”
Respuesta:
Es una pregunta dif�cil de responder porque el negocio del entretenimiento incluye muchos aspectos. Hay una gran diferencia entre un teatro que s�lo presenta obras cl�sicas como las de Shakespeare y los programas de televisi�n que glorifican el sexo y la violencia. Ambos se consideran parte del negocio del entretenimiento y en ambos participan actores y actrices, aunque el impacto en los int�rpretes y en el p�blico es muy diferente. Los cristianos que consideran una carrera en la actuaci�n o el espect�culo deben considerar la influencia que sus interpretaciones tendr�n sobre ellos mismos espiritualmente, el estilo de vida en el que entrar�n, y la influencia que sus actuaciones tendr�n sobre otros.
Para el actor/actriz/int�rprete cristiano, la participaci�n en una pel�cula que glorifica el pecado o la obra del diablo no es claramente una opci�n. Ya que los actores luchan por encontrar papeles, con frecuencia aceptan cualquier papel que se les presente, especialmente cuando est�n comenzando. Para los actores/actrices incr�dulos, la decisi�n de aceptar un papel implica mucho m�s que el efecto que tendr� en sus carreras y futuros papeles y el dinero que representa. Sin embargo, para el cristiano, tambi�n existe el problema de si el papel glorifica a Dios o, por lo menos, no glorifica la rebeli�n contra �l con violencia o sexo u otros pecados. Es verdad que se gana mucho dinero con los papeles inmorales, porque vivimos en un mundo en el que el diablo tiene una gran influencia en estos asuntos, pero el actor cristiano no debe aceptar papeles que promuevan la agenda de Satan�s. El principio fundamental se encuentra en 1 Corintios 10:31: “Si, pues, com�is o beb�is, o hac�is otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios”.
Adem�s, un cristiano debe considerar el tema del estilo de vida de los artistas en t�rminos generales. Hay una gran cantidad de drogas, alcohol y comportamiento inmoral en la industria del entretenimiento. Los j�venes deseosos de iniciarse en la industria con frecuencia son utilizados y abusados por quienes tienen el poder. Aunque es posible que un cristiano est� en este mundo y no se vea afectado por �l, 1 Corintios 15:33 nos advierte: “No err�is; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”. Ser�a absurdo ignorar esa advertencia.
Por �ltimo, hay que tener en cuenta el impacto que los artistas tienen en los dem�s. Cuando los incr�dulos ven cristianos profesantes en pel�culas, programas de televisi�n o espect�culos en vivo que promueven la impiedad, sienten la hipocres�a y es motivo para “blasfemar el nombre de Dios” (Romanos 2:24). Tambi�n hay un efecto perjudicial en la fe de otros creyentes, especialmente los j�venes y los inmaduros en la fe. Cada vez que un joven creyente puede justificar la impiedad diciendo: “Bueno, fulano lo hace y es cristiano”, se perjudica la causa de Cristo, y el joven se aleja de la verdad hacia el pecado. Jes�s habl� severamente contra los que hacen pecar “a uno de estos peque�os que creen en m�” (Mateo 18:6).
En �ltima instancia, la decisi�n de entrar en una carrera en la actuaci�n o el entretenimiento debe hacerse en oraci�n, buscando la sabidur�a de Dios (Santiago 1:5) y el consejo de los cristianos maduros, recordando siempre: “Ap�rtese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo” (2 Timoteo 2:19).