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Pregunta: “�Puede la fe cambiar el plan de Dios?”
Respuesta:
Una respuesta sencilla es que nada puede cambiar el plan perfecto y soberano de Dios. Sin embargo, Dios puede dar, y de hecho da, el don de la fe y obra a trav�s de esa fe en las personas para llevar a cabo Su plan. As� que, desde nuestra perspectiva humana, pareciera que nuestro ejercicio de la fe cambia la forma en que Dios act�a.
Por ejemplo, en algunas ocasiones Jes�s san� a personas y dijo: “Tu fe te ha sanado” (Mateo 9:22; Lucas 17:19). En Marcos 6:1-6 y Mateo 13:53-58, Jes�s est� ense�ando en Su ciudad natal, Nazaret, y los habitantes lo rechazan. Marcos dice: “Y no pudo hacer all� ning�n milagro, salvo que san� a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos” (Marcos 6:5-6). Por tanto, la Biblia contiene ejemplos en los que Dios act�a (o no act�a) como respuesta directa a la fe (o a la falta de ella) de las personas. �Acaso la fe de una persona cambia el plan de Dios? Desde una perspectiva humana, parece que Jes�s, Dios Hijo, hizo algo diferente de acuerdo al nivel de fe de otra persona. Sin embargo, desde la perspectiva de Dios, �l ya sab�a a qui�n sanar�a y a qui�n no. En ese sentido, el plan de Dios no cambi�.
La dificultad con la pregunta de si la fe cambia el plan de Dios, tiene que ver con la pregunta general sobre la voluntad de Dios y la elecci�n humana. Dios conoce todas las cosas y tiene un plan perfecto. Sin embargo, tambi�n ordena a las personas que hagan ciertas cosas, cumpliendo as� Su plan a trav�s de las personas. Adem�s, Dios permiti� que el pecado entrara en el mundo y a�n permite el sufrimiento hoy en d�a. Estas cosas no son parte de la voluntad decretada de Dios, pero son parte de Su voluntad permisiva. El plan final de Dios para la humanidad, y el camino que debe tomar para cumplir ese plan, es mucho m�s grande y complejo de lo que podemos comprender. Hay lugar tanto para los mandatos de Dios para nosotros como para Su presciencia de c�mo responderemos a Sus mandatos.
Jes�s ense��: “De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, …sino que si a este monte dijereis: Qu�tate y �chate en el mar, ser� hecho” (Mateo 21:21). La fe es extremadamente importante en nuestro caminar con Dios (Hebreos 11:6). Incluso una peque�a cantidad de fe puede lograr grandes cosas, no porque la fe sea un poder especial que poseemos, sino porque el objeto de nuestra fe, Dios mismo, es todopoderoso, y nos pide que confiemos en �l.
La fe tambi�n es importante en la salvaci�n, pero incluso la fe que nos salva no cambia el plan de Dios. Dios nos eligi� en Cristo antes de la fundaci�n del mundo (Efesios 1:4), y recibimos la fe como un don (Efesios 2:8-9). Despu�s de la salvaci�n, seguimos caminando por fe (2 Corintios 5:7). Y ese caminar por fe sigue cumpliendo el plan de Dios: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jes�s para buenas obras, las cuales Dios prepar� de antemano para que anduvi�semos en ellas” (Efesios 2:10). De principio a fin, el plan de Dios se lleva a cabo, ya que �l usa a personas llenas de Esp�ritu y de fe para producir Su fruto en el mundo.
Hebreos 11 es conocido como el cap�tulo de la fe. Este pasaje ofrece numerosos ejemplos de personajes b�blicos que por la fe vivieron para Dios. El autor de Hebreos enfatiza sus ejemplos como modelos que debemos seguir. A pesar de sus muchas luchas y dificultades, estos individuos mostraron que Dios actuaba a trav�s de su fe al punto de cambiar sus propias vidas y el curso de la historia. Hebreos 11:30 describe brevemente un acontecimiento en la vida de Josu�: “Por la fe cayeron los muros de Jeric� despu�s de rodearlos siete d�as”. �Pudo la fe de Josu� cambiar el plan de Dios? �La marcha del ej�rcito persuadi� finalmente a Dios para que actuara en el s�ptimo d�a? �O Dios hab�a planeado derribar los muros de Jeric� desde el principio? La respuesta b�blica es que era la voluntad soberana de Dios conquistar Jeric�, y que utiliz� a un hombre fiel y a un pueblo obediente para cumplir Su prop�sito.
La fe no cambia el plan final de Dios, aunque es una parte esencial de la vida cristiana (2 Corintios 4:18). La fe implica c�mo llegamos a conocer a Dios, c�mo vivimos para �l y c�mo compartimos Su mensaje con los dem�s.