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Pregunta: “�Est� bien que un cristiano practique las artes marciales?”
Respuesta:
Uno de los primeros fundadores de las artes marciales modernas, Gichin Funakoshi, dijo: “La mente y la t�cnica se convierten en uno en el verdadero karate”. El desarrollo de artes marciales tales como el judo, el kung fu, el hapkido y el aikido se impregnaron de las tradiciones espirituales de sus pa�ses de origen. Esto tiene sentido, dado que muchas de esas artes marciales buscaban fusionar ejercicios espirituales y f�sicos con el objetivo de fortalecer ambos. Adem�s, los sistemas dise�ados para desarrollar la destreza en el combate buscaban naturalmente un medio para gobernar cu�ndo usar la violencia. Como resultado, la pr�ctica inicial de esas artes marciales normalmente inclu�a el entrenamiento en el budismo o la filosof�a zen.
No obstante, as� no es como se ense�an o practican la mayor�a de las artes marciales hoy en d�a. Al menos en el mundo occidental, las artes marciales como el taekwondo, el jujitsu, la capoeira o el judo se definen como sistemas de t�cnica f�sica. El entrenamiento en las artes marciales, tal y como lo practican la mayor�a de las escuelas, se centra por completo en el perfeccionamiento de las habilidades atl�ticas. La formaci�n espiritual, m�s all� de ideas gen�ricas como la disciplina y el respeto, est� pr�cticamente ausente en la mayor�a de los dojos modernos. Aun as�, las escuelas y los instructores var�an. Los componentes espirituales, en caso de haberlos, que se ofrecen en un programa de entrenamiento de artes marciales deben ser cuidadosamente entendidos antes de que un cristiano se involucre.
La Biblia dice sobre la mente y el coraz�n: “El coraz�n humano es lo m�s enga�oso que hay, y extremadamente perverso” (Jerem�as 17:9). En las Escrituras, el coraz�n y la mente por lo general se consideran la misma cosa. Ya que nuestros corazones y nuestras mentes son perversos, no somos capaces de pensar claramente sobre nuestra situaci�n espiritual. Cualquier instructor de artes marciales que afirme que una persona puede “pulir” su propio esp�ritu a trav�s de su programa est� ense�ando una falsedad. Necesitamos un Salvador que limpie nuestros corazones y cree en nosotros un nuevo esp�ritu. Tito 1:15 nos da una idea de la mente del incr�dulo: “Todo es puro para los de coraz�n puro. En cambio, para los corruptos e incr�dulos nada es puro, porque tienen la mente y la conciencia corrompidas”.
Las escuelas de artes marciales que son espiritualmente “neutrales” -es decir, la mayor�a de ellas- probablemente no presentan ninguna amenaza particular para la fe de un cristiano. No se puede decir lo mismo de la extra�a escuela de artes marciales que incorpora abiertamente la espiritualidad no cristiana en su r�gimen de entrenamiento. No debemos conformar nuestra forma de pensar a la del mundo, sino como dice Romanos: “transformaos por medio de la renovaci�n de vuestro entendimiento” (Romanos 12:2; cf. Efesios 4:23). Debemos entrenar nuestras mentes en c�mo servir al Se�or y luego complacerlo en todo lo que hacemos.
Las filosof�as incluidas en el budismo, as� como la mayor�a de las religiones del mundo, fueron desarrolladas por hombres defectuosos con mentes contaminadas. Ellos no ofrecen un consejo adecuado para que cualquiera lo siga. Por lo tanto, es importante que los cristianos se aseguren de que cualquier entrenamiento f�sico que reciban no est� ligado al error espiritual.
El lado f�sico de las artes marciales es una buena forma de ejercicio, y puede ser extremadamente �til para la defensa personal. Muchos cristianos participan en las artes marciales, y algunos instructores incluso incorporan ideas espirituales cristianas en su entrenamiento. Una experiencia de artes marciales espiritualmente neutra o con tinte cristiano es probablemente algo en lo que un creyente puede participar con la conciencia tranquila.
Es peligroso permitir que la mente sea influenciada por las filosof�as asociadas con los or�genes del karate y otras formas de artes marciales. Debe evitarse el entrenamiento que tenga matices de una falsa religi�n. Algunas artes marciales, como el jujitsu o el kenpo, son efectivamente neutrales en t�rminos de contenido espiritual. Otras, como el aikido, pueden ser m�s dif�ciles de separar de las pr�cticas espirituales no b�blicas. As� pues, es prudente que el cristiano tenga precauci�n antes de participar en este tipo de actividades.