Pregunta: “�Es malo desear algo?”

Respuesta:


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Pregunta: “�Es malo desear algo?”

Respuesta:
Desear es algo humano. Dios cre� a los seres humanos con emociones y pasiones. Cuando deseamos, reconocemos que hay algo fuera de nuestro control que deseamos con todas nuestras fuerzas. En Apocalipsis 3:15, Jes�s dice: “Yo conozco tus obras, que ni eres fr�o ni caliente. �Ojal� fueses fr�o o caliente!”. �l dio a los seres humanos el libre albedr�o y, con ello, nos permite intencionadamente la libertad de elegirle a �l o no. Cuando estaba en la tierra, Jes�s expres� otro “deseo” cuando dijo: “Fuego vine a echar en la tierra; �y qu� quiero, si ya se ha encendido?” (Lucas 12:49). Sab�a que se acercaba la crucifixi�n, y que despu�s derramar�a el Esp�ritu Santo sobre Sus disc�pulos (Hechos 1:8). Jes�s anhelaba enviar el Esp�ritu, pero sab�a que primero ten�a que pasar por el horror de la crucifixi�n. Su “deseo” no estaba equivocado. Era humano.

Un deseo puede ser el precursor del cambio. Si el deseo est� basado en la verdad y en un cambio positivo, puede convertirse en una meta y luego en una realidad. Sin embargo, un deseo puede ser err�neo si le damos prioridad sobre el plan de Dios para nosotros. Cuando Jes�s, en Getseman�, “dese�” que su Padre encontrara otra forma de redimir a la humanidad, no termin� all� su oraci�n. No permiti� que Su deseo humano anulara la voluntad de Dios. Luch� dentro de Su esp�ritu hasta que pudo decir con verdad: “no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42).

Desear tambi�n puede ser un error si nuestro deseo se dirige a algo que no es Dios mismo. “Pedir un deseo a una estrella” puede tener un atractivo rom�ntico, pero la estrella no puede ayudar a nadie. Debemos buscar respuestas a la oraci�n en el Creador de las estrellas, no en las estrellas mismas.

Desear tambi�n puede ser incorrecto si el objeto de ese deseo es el pecado. Que una persona casada desee al c�nyuge de otra persona es un error (Deuteronomio 5:21). Desear obsesivamente m�s cosas materiales o desear m�s dinero del que se necesita est� mal (Proverbios 23:4; 1 Timoteo 6:9-10). Cuando un deseo se basa en la insatisfacci�n con lo que Dios ha ordenado para nosotros – raza, nacionalidad, aspecto f�sico o familia – es un deseo equivocado. Nuestra verdadera necesidad es aprender a ser agradecidos por lo que Dios nos ha dado y aprender a usar todo para Su gloria y prop�sito (1 Corintios 10:31; Colosenses 3:16).

El Salmo 37:4 dice: “Del�itate asimismo en el Se�or, y �l te conceder� las peticiones de tu coraz�n”. Cuando nuestro mayor gozo es complacer al Se�or, �l ajusta nuestros deseos. �l cambia los deseos de nuestros corazones para que se alineen con los deseos que �l tiene para nosotros; Sus deseos se convierten en los nuestros para que deseemos las cosas que le deleitan a �l. En este proceso, somos nosotros los que nos deleitamos. Podemos orar con denuedo, de acuerdo con Su voluntad, cuando sabemos que deseamos lo que �l quiere. Cuando deseamos cosas que son congruentes con Su plan, podemos orar con la confianza de que �l escucha y responder� (Juan 15:7; 1 Juan 5:14; Mateo 21:22).

De hecho, la Biblia nos ordena que pidamos o deseemos sabidur�a (Proverbios 24:14), dones espirituales (1 Corintios 14:1), el D�a del Se�or (2 Pedro 3:12), la revelaci�n final de qui�nes son realmente los hijos de Dios (Romanos 8:19) y la salvaci�n de otros (Romanos 10:1). Cuando nuestros deseos se centran en lo que Dios desea, podemos ped�rselos con fe. Cuando tenemos la perspectiva del cielo, nuestros deseos son santificados, “Y si sabemos que �l nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Juan 5:15).

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