Pregunta: “�Es la ignorancia una buena excusa para el pecado?”

Respuesta:


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Pregunta: “�Es la ignorancia una buena excusa para el pecado?”

Respuesta:
Si por “excusa” entendemos que, por nuestra ignorancia, Dios pasar� por alto nuestros pecados, entonces no hay excusas v�lidas para el pecado. El pecado es cualquier pensamiento, palabra o acto que los seres humanos cometen y que es contrario a la perfecci�n de Dios. Cuando Ad�n y Eva fueron creados por primera vez, no hicieron nada que fuera contrario a la perfecci�n de Dios (G�nesis 1:27-31). Fueron creados en un estado perfecto y permanecieron impecables hasta que cedieron a la tentaci�n (G�nesis 3:6-7). Se podr�a decir que, al no haber visto nunca la muerte, eran algo ignorantes sobre la gravedad de las consecuencias del pecado. Pero eso no excusa su pecado.

Cuando Dios dio Su Ley a los israelitas, incluy� instrucciones especiales sobre los sacrificios cuando una persona, o toda la naci�n, pecaba por ignorancia (Hebreos 9:7). Lev�tico 4 describe la provisi�n de Dios para aquellos que pecaron involuntariamente o por ignorancia. N�meros 15:22-29 reitera esta disposici�n y da detalles sobre los sacrificios especiales que se requer�an para obtener el perd�n del Se�or cuando alguien pecaba por ignorancia. Lev�tico 5:17 lo aclara: “Finalmente, si una persona pecare, o hiciere alguna de todas aquellas cosas que por mandamiento del Se�or no se han de hacer, aun sin hacerlo a sabiendas, es culpable, y llevar� su pecado”. La ignorancia no excusa el pecado; los pecados que los israelitas comet�an por ignorancia igualmente requer�an un sacrificio expiatorio.

Aunque la ignorancia no excusa el pecado, puede mitigar el castigo. El castigo de la Ley por el pecado involuntario era significativamente m�s leve que el de la rebeli�n deliberada o la blasfemia. Jes�s repiti� este principio en Lucas 12:47-48: “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su se�or, no se prepar�, ni hizo conforme a su voluntad, recibir� muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, ser� azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandar�; y al que mucho se le haya confiado, m�s se le pedir�” (�nfasis a�adido).

Debemos aprender a tomar el pecado tan en serio como lo hace Dios. Una de las razones de todos los sacrificios y continuos rituales de purificaci�n en el Antiguo Testamento era mostrar al pueblo lo lejos que estaban de la santidad de Dios. El prop�sito de las consecuencias negativas es ense�arnos a ver el pecado como lo hace Dios y a odiarlo como �l lo hace (Salmo 31:6; Proverbios 29:27). Cuando cometemos un pecado por ignorancia, Dios trae consecuencias para ayudarnos a aprender. Cuando conocemos m�s, �l espera que lo hagamos mejor. Nosotros hacemos lo mismo con nuestros hijos. El hecho de que a un ni�o de cuatro a�os no se le haya dicho espec�ficamente que no aplaste los pl�tanos en la tienda, no significa que a mam� le parezca bien. Habr� consecuencias, aunque �l alegue desconocimiento de esa norma espec�fica, y se le dir� claramente que no se tolerar� volver a aplastar pl�tanos. Por supuesto, las consecuencias de la primera vez pueden no ser tan severas como lo ser�n si mam� le descubre aplastando m�s pl�tanos despu�s de hab�rselo ordenado.

Sin embargo, la mayor�a de las afirmaciones sobre la ignorancia no son v�lidas. Romanos 1:20 dice que no hay excusa para no creer en la existencia de Dios: las cualidades invisibles de Dios se “ven claramente” en la creaci�n. Miqueas 6:8 tambi�n refuta nuestras afirmaciones de ignorancia: “Oh hombre, �l te ha declarado lo que es bueno, y qu� pide el Se�or de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”. Si la ignorancia no excusa el pecado, la ignorancia fingida es a�n peor.

Dios es un Padre, y ama a Sus hijos (Romanos 8:15). No se deleita en castigarnos sino en conformarnos a la imagen de Su Hijo (Romanos 8:29). �l no tolera las excusas, incluyendo la excusa de la ignorancia; m�s bien, nos da oportunidades para aprender de nuestras consecuencias para que tomemos mejores decisiones. �l conoce lo que se nos ha dado a cada uno de nosotros y nos hace responsables de lo que hacemos con eso (Mateo 13:11-12; Hechos 17:30). Todos hemos cometido pecados por ignorancia, pero Dios no nos deja en la ignorancia (1 Pedro 1:14). Nos ha dado Su Palabra para mostrarnos c�mo vivir, y espera que la apliquemos a nuestras vidas y busquemos la santidad, “sin la cual nadie ver� al Se�or” (Hebreos 12:14).

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