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Pregunta: “�Deber�a contarle a mi c�nyuge mi adicci�n a la pornograf�a?”
Respuesta:
Normalmente, la lucha contra la adicci�n a la pornograf�a est� oculta, pero hay ventajas en cont�rselo al c�nyuge. Antes de tomar la decisi�n de hacerlo, hay que orar y pensarlo mucho (Proverbios 3:5-6; Santiago 1:5).
La Biblia dice: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que se�is sanados” (Santiago 5:16). Esto funciona en la iglesia, y funciona en la relaci�n matrimonial. Es dif�cil recuperarse completamente de la adicci�n si uno no revela el pecado a su c�nyuge y si no lo incluye en este proceso de recuperaci�n.
Con frecuencia se habla de la adicci�n sexual como un “trastorno de la intimidad”. Robert Weiss, un experto en adicci�n sexual, describe un trastorno de la intimidad como “la incapacidad de encontrar, tolerar o permanecer en relaciones que incluyan los riesgos que conlleva el ser conocido plenamente”. Dios nos cre� como criaturas sociales (G�nesis 2:18). Como dice Weiss, “todos necesitamos relaciones sanas para nuestra supervivencia; es as� de importante. No nos va bien estando solos”.
Por lo tanto, para tener intimidad necesitamos mostrarnos plenamente a nuestro c�nyuge: lo bueno, lo malo y lo feo. Ocultar una adicci�n a la pornograf�a significa ocultar una parte importante de la vida de uno y cerrarla a su c�nyuge.
Cuando los c�nyuges acaban descubriendo la adicci�n a la pornograf�a, en la mayor�a de los casos, admiten que ya sab�an que algo iba mal, s�lo que no sab�an qu� era exactamente. Adem�s, hay muchos c�nyuges que asumen que ellos mismos son el problema; cuando una persona se a�sla debido a la verg�enza de tener un desliz o participar en comportamientos pecaminosos, por lo general su c�nyuge cree que es su culpa. De hecho, el aislamiento es lo que realmente crea tanto dolor cuando los c�nyuges descubren los comportamientos. Se sienten heridos por haber estado culp�ndose a s� mismos todo ese tiempo.
Adem�s, si una persona revela voluntariamente la adicci�n a la pornograf�a, en lugar de que el c�nyuge lo descubra de alguna otra manera, disminuye el trauma que experimenta la pareja. Una investigaci�n reciente realizada por Barbara Steffens, experta en traumas en las relaciones, demostr� que un elemento que intensifica el trauma cuando el c�nyuge lo descubre es el per�odo de tiempo que el pecado estuvo oculto. Mientras m�s largo sea el per�odo de tiempo, m�s profundo ser� el dolor.
Otra gran ventaja de dec�rselo al c�nyuge es la oportunidad de compartir la recuperaci�n con �l o ella. Aunque revelarlo sea doloroso, compartir ese dolor puede ser una poderosa oportunidad para establecer v�nculos.
Ahora bien, siempre hay situaciones en las que revelar una adicci�n puede ser arriesgado, y es posible que haya que tomar precauciones de cu�ndo y c�mo se revela. Si tu c�nyuge tiene problemas psicol�gicos y emocionales o est� lidiando con otras enfermedades o situaciones de crisis, puede que no sea capaz de manejar el estr�s de una confesi�n de adicci�n a la pornograf�a en ese momento.
Esta decisi�n tiene que ser tuya, ya que existe un riesgo. Y se aconseja avanzar bajo la direcci�n de un consejero cristiano, fundamentado en la Palabra (Proverbios 11:14). Al final, las recompensas de confesar el pecado bien valen el dolor de la confesi�n.
Pornaddiction.com tiene m�s informaci�n sobre c�mo confesar a tu c�nyuge tu adicci�n a la pornograf�a.