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Pregunta: “�Cu�les son las artima�as del diablo en Efesios 6:11?”
Respuesta:
Las artima�as son trucos o manipulaciones dise�adas para enga�ar a alguien. Las artima�as del diablo son aquellos esquemas astutos que utiliza Satan�s para atraparnos mediante la tentaci�n, la amenaza o la intimidaci�n. Efesios 6:11 nos advierte: “Vest�os de toda la armadura de Dios, para que pod�is estar firmes contra las asechanzas del diablo”. La Escritura nos da una idea de las t�cticas de nuestro enemigo: “no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2:11), y es sabio que prestemos atenci�n a sus advertencias.
He aqu� algunas de las artima�as del diablo que vemos en las Escrituras:
1. Desafiar la Palabra de Dios. G�nesis 3 nos da una visi�n detallada de esta t�ctica de nuestro enemigo. Nos llev� al primer pecado humano, y Satan�s todav�a la utiliza porque funciona muy bien. Las primeras palabras registradas del diablo, a trav�s de la serpiente, fueron estas: “�Conque Dios os ha dicho?” (G�nesis 3:1). Con esas palabras, el diablo invit� a la mujer a reconsiderar lo que ella entend�a que Dios hab�a dicho. Agregando su interpretaci�n humana, se convenci� de que la Palabra de Dios era demasiado restrictiva.
Al sugerirnos que reexaminemos la clara ense�anza de la Palabra de Dios, Satan�s nos invita a a�adir nuestra propia interpretaci�n y, por tanto, a anular la voluntad declarada de Dios. Denominaciones enteras de iglesias est�n cayendo presas de estas artima�as del diablo. “�Dijo Dios realmente que la homosexualidad es mala?”, susurra, y las iglesias se desmoronan. “�Dijo realmente Dios que s�lo hay dos g�neros?”, nos sugiere, invit�ndonos a que demos nuestro propio giro a la realidad, haci�ndonos dioses para reemplazar al Se�or. Efesios 6:11 dice que necesitamos estar vestidos con toda la armadura de Dios para resistir esas artima�as.
2. Desafiar nuestra identidad. Lucas 4:1-13 nos da una idea de varias de las artima�as del diablo. Satan�s vino a tentar a Jes�s en el desierto. En dos ocasiones diferentes, Satan�s comenz� sus tentaciones con estas palabras: “Si eres el Hijo de Dios”. Satan�s sab�a exactamente qui�n era Jes�s (Marcos 1:34). Jes�s estaba all� cuando Satan�s cay� “como un rayo del cielo” (Lucas 10:18). De manera significativa, el diablo eligi� un momento en que Jes�s estaba f�sicamente d�bil y hambriento para atacar Su identidad.
Satan�s hace lo mismo con nosotros. Para hacer m�s efectivas sus artima�as, nos golpea durante una crisis o una lucha espiritual y de esta forma nos sugiere: “Si fueras un hijo de Dios, esto no pasar�a. Si fueras realmente un cristiano, Dios te ayudar�a ahora mismo”. De nuevo, necesitamos el “yelmo de la salvaci�n” firmemente puesto para resistir tales ataques contra nuestra identidad y el car�cter de Dios (Efesios 6:17).
3. Torcer las Escrituras. Otra de las artima�as que el diablo utiliz� contra Jes�s fue citar las Escrituras, pero tergivers�ndolas. En Lucas 4:10-11, Satan�s cita el Salmo 91:11-12 para intentar persuadir a Jes�s de que actuara en la carne y no en el Esp�ritu (ver G�latas 5:16, 25). Sin embargo, Satan�s no logr� completar la idea del salmo. El siguiente vers�culo, el Salmo 91:13, dice: “Sobre el le�n y el �spid pisar�s; hollar�s al cachorro del le�n y al drag�n”. Esas referencias a animales son met�foras de enemigos feroces y peligrosos, y el diablo es comparado tanto con un le�n como con una serpiente en las Escrituras (G�nesis 3:15; Apocalipsis 20:2; 1 Pedro 5:8; cf. Romanos 16:20). El verdadero significado del pasaje del Salmo 91 es que Dios proteger� y dar� poder a Sus siervos cuando venzan al enemigo, Satan�s. Una de las artima�as del diablo es omitir partes clave de las Escrituras para tergiversar su significado y adaptarlo a su agenda.
Estas artima�as del diablo las vemos hoy en d�a, cuando los maestros de la prosperidad y los falsos profetas citan las Escrituras de manera ego�sta y enga�osa. Usan suficientemente la Palabra de Dios para que suene con autoridad, pero la tuercen para que se ajuste a sus agendas personales. Usar vers�culos fuera de contexto o s�lo aquellos vers�culos que afirman lo que queremos creer o hacer es un problema generalizado, y la mayor�a de las personas que participan no tienen idea de que han sido v�ctimas de una de las artima�as del diablo.
4. Ofrecer una tentadora alternativa a la obediencia. Otra estratagema o astucia del diablo que utiliz� en la tentaci�n de Jes�s fue la de sugerir otro camino, evitando la estricta obediencia a la voluntad de Dios. De manera astuta, Satan�s sab�a que no pod�a sugerirle a Jes�s que olvidara todo el plan de salvaci�n y volviera al cielo. Por el contrario, le ofreci� una alternativa. En Lucas 4:5-7, “Y le llev� el diablo a un alto monte, y le mostr� en un momento todos los reinos de la tierra. Y le dijo el diablo: A ti te dar� toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a m� me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si t� postrado me adorares, todos ser�n tuyos'”. Esta tentaci�n iba dirigida a la humanidad del Hijo del Hombre. Jes�s ahora sab�a lo que se sent�a al estar en la carne. Sab�a lo que iba a sentir con las espinas en las manos y en los pies. Sab�a c�mo se sentir�a el rechazo y la burla cuando lo desnudaran y lo hicieran caminar ante las multitudes. Satan�s le ofrec�a un acuerdo. �Y si Jes�s pudiera “salvar al mundo” sin tener que sufrir la crucifixi�n? �Y si pudiera tomar un atajo y poseer todos los reinos del mundo ahora?
Una de las artima�as m�s siniestras del diablo consiste en su habilidad para ofrecer un acuerdo religiosamente contaminado. Sabe que no puede llegar a los creyentes maduros con un ataque frontal a sus valores y convicciones. As� que se cuela por la puerta de atr�s, haci�ndose pasar por un amigo con una alternativa razonable: “Bueno, s�, t�cnicamente puede estar mal que alguien se vaya a vivir con un novio, pero puedes darle un mejor testimonio al ver c�mo vives tu fe”. O esto otro: “No necesitas ir a la iglesia para ser espiritual. Te conectas mejor con Dios a solas en el bosque. De todos modos, esas personas son todas hip�critas, y t� eres demasiado justo para asociarte con ellas”. Debemos tener cuidado con las artima�as del diablo cuando nos ofrece algo distinto a la obediencia total a la voluntad de Dios.
Los escritores del Nuevo Testamento frecuentemente se�alaron las artima�as del diablo para quienes en la iglesia estaban cayendo en ellas, y nosotros deber�amos prestar atenci�n. La presencia de falsos profetas (1 Timoteo 6:3-5), entrometidos (1 Pedro 4:15), ad�lteros (1 Timoteo 1:9-10) y seductores (Apocalipsis 2:20) forman parte del plan maestro de Satan�s para socavar la iglesia desde el interior
Para combatir las artima�as del diablo, los seguidores de Cristo deben permanecer vestidos con la armadura de Dios. Debemos permanecer inmersos en Su Palabra para reconocer el enga�o. Y cuando nos demos cuenta de que hemos sido atrapados por las artima�as del diablo, debemos arrepentirnos r�pidamente y encontrar ayuda espiritual. El Salmo 37:23-24 alienta a aquellos que desean vivir vidas piadosas: “Por el Se�or son ordenados los pasos del hombre, y �l aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedar� postrado, porque el Se�or sostiene su mano”. Cuando el Se�or sostiene nuestra mano, las artima�as del diablo no pueden da�arnos.