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Pregunta: “�Acaso Dios ve el pecado no intencional de manera diferente?”
Respuesta:
El libro del Lev�tico exig�a diferentes ofrendas dependiendo de si el pecado era intencional o no. �Significa esto que Dios ve los pecados no intencionales de manera diferente?
En realidad, no. Est� claro que Dios hizo una distinci�n entre pecados intencionales y no intencionales en cuanto a las ofrendas en el Antiguo Testamento. Lev�tico 4:2-3 menciona este ejemplo: “Cuando alguna persona pecare por yerro en alguno de los mandamientos del Se�or sobre cosas que no se han de hacer, e hiciere alguna de ellas; si el sacerdote ungido pecare seg�n el pecado del pueblo, ofrecer� al Se�or, por su pecado que habr� cometido, un becerro sin defecto para expiaci�n”.
La idea de pecado involuntario en Lev�tico 4 est� relacionada con el pecado involuntario o por accidente. En estos casos se pod�a hacer una ofrenda. Sin embargo, no hab�a ninguna ofrenda disponible para cuando una persona pecaba intencionalmente. En N�meros 15:30-31 se dice: “Mas la persona que hiciere algo con soberbia, as� el natural como el extranjero, ultraja al Se�or; esa persona ser� cortada de en medio de su pueblo. Por cuanto tuvo en poco la palabra del Se�or, y menospreci� su mandamiento, enteramente ser� cortada esa persona; su iniquidad caer� sobre ella”. Los que se rebelaron al cometer un pecado intencional deb�an ser cortados o separados del pueblo.
Aunque en el Antiguo Testamento pod�a haber una distinci�n en cuanto a las consecuencias de los pecados intencionados y no intencionados, la Biblia deja claro que todos han pecado y est�n destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Las ofrendas del Antiguo Testamento prefiguraban la ofrenda de Jesucristo mismo como sacrificio en la cruz por nuestros pecados. Jes�s es el sustituto suficiente para el perd�n y la vida eterna.
En Juan 14:6 Jes�s ense�a: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m�”. Aunque toda persona ha pecado (excepto Jes�s), tenemos la oportunidad de obtener el perd�n y la redenci�n del pecado a trav�s del sacrificio de Jes�s en la cruz. Por la fe en �l, se obtiene la salvaci�n (Efesios 2:8-9). Esto es cierto independientemente de los pecados intencionales o no intencionales, ya sea que una persona crea que ha pecado poco o mucho.
Las Escrituras son claras en cuanto a que la humanidad fue creada buena pero ahora es pecadora como resultado de la ca�da (G�nesis 3). Independientemente del tipo o nivel de pecados que una persona haya cometido, Jes�s es m�s que suficiente para perdonar y ofrecer la vida eterna. Aquellos que rechazan el evangelio, sin importar lo mucho o poco que hayan pecado, ser�n separados de Dios por la eternidad y experimentar�n un castigo eterno por sus pecados. Dios hace un llamado a todas las personas para que vengan a �l, porque no hay otro nombre bajo el cielo que ofrezca salvaci�n (Hechos 4:12).